lunes, 18 de octubre de 2010

La tía del carrito:
“SOY FELIZ QUE ME COMAN LAS SOPIAIPILLAS”


Teresa Castro, más conocida como “la tía de las sopaipillas”, comparte un poco de su vida con nosotros. Ella es una mujer que todos los días está afuera del colegio vendiendo sus famosas sopaipas. Más que un trabajo, ella lo hace por un lazo sentimental, es una mujer que está llena de esfuerzo y que junto a su nuera trabajan y luchan por seguir adelante.

Por Kevin Caro y Paola Astete



¿Le gusta este trabajo?
Sí, porque en mi casa me aburro y aquí trabajo junto a mi nuera que me ayuda. También vamos a otras partes cerca de acá para seguir vendiendo.

¿Tiene un lazo sentimental con este trabajo?
Sí, ya que mi hijo falleció y él me dejó hecho este carrito hace años. Cuido también a mis nietos que viven sólo con su madre.

¿Qué gana usted vendiendo sopaipillas?
Soy feliz que me coman las sopaipillas y teniéndoles algo rico para quitarles el hambre a los chiquillos del colegio. Aunque unos días me va mejor que otros.

¿Cuántas sopaipillas vende diariamente? ¿Es constante la venta en el año?

Más o menos vendo unas 200 o 300 al día, porque de repente quedan o faltan, entonces se traen más de las acordadas. Trabajo más en el invierno, ya que en el verano mis sopaipillas son cambiadas por el mote con huesillos.

Doña Teresa Castro lleva 3 años en el mismo lugar y la podemos ver todos los días a la salida del liceo Dr. Amador Neghme Rodríguez. ¡Nos encanta comerle las sopaipillas!


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